Con tanta lluvia pronosticada y con varias zonas que se anegan, es importante recordar las nociones fundamentales para una conducción segura, en este tipo de condiciones. En cualquier estado del camino, la prudencia y el sentido común son fundamentales para una conducción segura, pero cuando se maneja con el asfalto mojado por la lluvia, hay que extremar las precauciones, ya que este escenario es uno de los más peligrosos para la conducción.
Lo primero que se debe hacer cuando comienza a llover es bajar la velocidad y mantener el doble de la distancia que se indica para una conducción con piso seco respecto del vehículo que nos antecede, es decir, alrededor de los seis, si vamos a una velocidad de 50 km/h o menos, a los ocho segundos si superamos los 50 km/h. Primero, porque se estiran las distancias de frenado y, segundo, para evitar la lluvia pulverizada y sucia que cae en el parabrisas, denominada efecto spray, lo que baja notoriamente la visibilidad.
Se debe tener en cuenta que los primeros momentos de lluvia son los más peligrosos, ya que al mezclarse el agua con el aceite, el polvillo, la grasa y toda la suciedad del camino, la calzada se convierte en una superficie sumamente deslizante, lo que hace más difíciles todas las maniobras.
Sin brusquedades
Nunca hay que hacer movimientos bruscos al volante, porque el único contacto del vehículo con la calzada es el neumático, y el piso mojado reduce la adherencia, lo que implica más posibilidades de perder el control. Por eso, también el frenado se debe realizar con suavidad para que no se bloqueen las ruedas.
Aunque se esté circulando de día y por calles interiores se debe encender las luces bajas del vehículo con el fin de ver y ser vistos con más facilidad.
El cambio de temperatura que se produce cuando llueve empaña los cristales, por lo que hay que usar el desempañador, la recirculación del climatizador o el aire acondicionado con aire frío. Si el auto no estuviera equipado con ninguno de estos elementos, lo mejor es bajar las ventanillas para que el aire circule. Es mucho mejor mojarse que involucrarse en un accidente por no poder ver con claridad.
Igualmente, si se pierde la visión por el parabrisas debido al agua arrojada por otro vehículo, es fundamental mantener la calma y no hacer maniobras bruscas. Siempre se recuerda lo que se veía un instante antes y en función de eso tratar de seguir la marcha sin modificaciones.
Se deben tomar todas las precauciones al conducir por zonas que no conocemos, sobre todo al conducir por rutas o atravesar un sector que está inundado. Lo primero es comprobar la profundidad, tomar referencias o esperar que otro vehículo pase antes. Igualmente, hay que conducir en forma lenta para evitar que el agua entre en el motor. Cuando uno ya atravesó este tipo de sectores, hay que usar el sistema de frenos, con tres o cuatro toques al pedal para secar los tambores o discos.
En todo momento se debe mantener una velocidad baja y constante, particularmente en curvas.
Otra de las cosas importantes es evitar el frenado repentino. Esto puede hacerle perder el control del vehículo. En lugar de frenar, quite su pie del acelerador cuando necesite comenzar a reducir su velocidad. En seguida, frene suavemente antes para detenerse por completo.
Aquaplaning
Aunque el charco sea pequeño, se debe atravesar con suma precaución, porque si no se hace de esta forma se puede producir uno de los efectos más peligrosos al conducir con lluvia: el denominado aquaplaning o hidroplaneo, que se produce cuando los neumáticos no pueden evacuar el agua de la calzada, y se forma una capa de agua a presión que impide el contacto de la cubierta con el asfalto. El resultado es la pérdida total del control del vehículo.
Si esto llega a pasar, la sugerencia principal es no frenar. Hay que sacar el pie del acelerador y sujetar con firmeza el volante, sin tratar de girarlo. Es necesario tomar esta situación con tranquilidad, son unos segundos que parecen una eternidad, pero lo mejor en estos casos es no hacer nada, solamente llevar el auto lo más firme posible; e insistimos, nunca frenar hasta sentir que el vehículo recuperó la tracción.
Por último, hace poco llegó una pregunta de un lector que nos decía que un amigo le había recomendado bajar la presión de los neumáticos para circular con lluvia, un consejo casero que no se sabe de dónde salió. En realidad, es todo lo contrario, aunque nuestra sugerencia es circular con la presión indicada por el fabricante para ciudad o ruta, pero nunca bajar la presión, porque eso maximiza las posibilidades de entrar en aquaplaning con más facilidad. Con amigos así, no nos hacen falta enemigos.