Como en todas, en estas vacaciones seguramente habrá muchos usuarios con la idea de probar sus vehículos todoterreno, todocamino y 4x4, por las rutas argentinas y las de países limítrofes, esperando disfrutarlos a pleno en una aventura fuera del asfalto.
Pero, todavía hay muchos usuarios de camionetas todocamino o 4x4 que no conocen cómo utilizar correctamente este vehículo, ni cuáles son las virtudes para aprovechar o de las limitaciones por respetar. Por eso vamos a dar algunas sugerencias dependiendo del terreno por el que se debe transitar.
Es fundamental saber cómo se debe conducir en cada uno de ellos, ya que, por más del alto poder del motor o la capacidad, los 4x4 también tienen limitaciones.
Por esto es importante conocer la presión en los neumáticos por utilizar y, fundamentalmente, cómo y cuándo utilizar las cajas de transferencia y de cambios para, no sólo superar sin contratiempos y con total seguridad los obstáculos, sino evitar roturas y desgastes innecesarios en el vehículo.
Lo primero por decir, es que lo más recomendable es no salir solo a vivir una aventura por lugares inhóspitos y desconocidos; búsquese una compañía o, por lo menos, las principales características del lugar por recorrer. Si, igualmente, sale solo, llévese un celular que funcione correctamente y anótese el número de alguna persona que lo pueda ir a buscar o el de la policía.
Asfalto: en condiciones normales, se debe transitar con tracción simple (2H) y con la presión de los neumáticos indicada por el fabricante, que, por lo general, es de entre 30 y 34 libras. En caso de lluvia, lo mejor y conveniente es utilizar la tracción integral en alta (4H), ya que esto entregará al vehículo más tracción, lo que se constituye en más agarre, lo que permite una conducción con más seguridad.
Arena: Lo más apto para las 4x4 es bajar la presión de los neumáticos hasta llegar alrededor de las 20/18 libras adelante (para soportar el peso del motor) y en el tren posterior, respectivamente. Si se puede elegir, es conveniente el uso de cubiertas con cámara, debido a que no se destalonan, inconveniente que muestran más seguido las sin cámara. La sugerencia es una conducción ágil durante las rectas, en 3ra, 4ta o 5ta velocidad, con la caja que puede ir en alta (4H), mientras que para subir o bajar médanos, es necesario encararlos perpendicularmente y con decisión, es muy recomendable no intentar una trepada o bajada en la arena en forma totalmente lateral, ya que es fácil volcar. El motor debe ir con potencia retenida, generalmente en 2da velocidad y con la caja de transferencia en baja (4L, máxima fuerza), como para poder utilizar más potencia cuando lo requiera, en las condiciones que comienza a patinar al trepar, por ejemplo. Hay que intentar, por todos los medios, no frenar en forma excesiva, ya que, seguramente, el vehículo quedará retenido en la arena; por eso lo mejor es utilizar rebaje para lograr una mejor detención.
Barro: respecto de los neumáticos, vale la misma consideración que para la arena, es decir menos presión. Este tipo de terreno también requiere una conducción ágil, con ritmo y en cambios altos, también en 3ra, 4ta o 5ta, según notemos la firmeza del camino, con la idea de que el vehículo pueda pasar (planear) sobre la superficie sin encajarse. Es suficiente utilizar la caja de transferencia en 4H (doble alta), aunque también puede usarse la baja (4L) si las condiciones lo determinan, pero siempre hay que tratar de manteniendo un ritmo alegre y en cambios altos.
Piedras: Aquí, la forma más adecuada es un estilo de conducción lento, en 1° o 2° velocidad, y con la caja de transferencia en baja (4L). Hay que intentar copiar el terreno y pisando las piedras de costado, como para desplazarlas. En las bajadas bruscas, también se debe colocar la baja y la caja en 1° velocidad, para que se encargue del descenso lento, sin necesidad de tocar los frenos. Esto siempre y cuando la camioneta no tenga el control de descenso, que hace que el vehículo guarde una velocidad programada, de entre 7 a 12 km/h, según la marca y la relación de la pendiente.
Las cubiertas deben estar bien infladas, en lo posible 4 o 5 libras más que lo requerido para el asfalto. Con esto, además de evitar que las piedras puedan romperse, favorece el desplazamiento de las mismas al pasarles por encima.
Cruce de cursos de agua: el límite de profundidad está dado por la altura del filtro de aire del vehículo, aunque lo aconsejable es no pasar por lugares muy profundos, más de 80 centímetros, por ejemplo. Los cursos de agua se deben pasar en baja (4L), en 1ra velocidad, despacio y encarando la corriente, si es posible, en forma oblicua, acompañando la curso del agua, ya que si se va en contra, comienza a quitar la potencia del vehículo y hasta puede comenzar a ingresar, lo que se denomina embarque.
Ascensos y descensos: sin importar el tipo de superficie, debe recordarse que el ángulo máximo de ascenso y descenso nunca puede ser superior a los 40 grados, mientras que en forma lateral la inclinación puede alcanzar, como máximo, unos 35°. En general, los ascensos, dependiendo del tipo terreno y del ancho de los neumáticos, pueden ejecutarse en 4H (sobre todo en arena o tierra, con cubiertas anchas) o en 4L (los más empinados o en terrenos difíciles). Los descensos deben hacerse en 4L y en 1°, sin tocar los frenos.
Nieve: las condiciones son similares al manejo en la arena, aunque es algo más peligroso, ya que al compactarse puede formar hielo, además de “agarrarse” mucho más a los neumáticos. Si la encontramos mucha profundidad en la nieve o si está muy compactada, puede ser necesario montar cadenas en las ruedas. Generalmente, es mejor transitar a baja velocidad y con el motor retenido, para tener potencia necesaria.
Hielo: es la condición más extrema y sobre la que no existen demasiadas recetas, porque la tracción es muy pobre o totalmente nula. Por lo que si no es sumamente necesario, trate de evitarlo. Básicamente debe circularse en 4H, con mucha suavidad y precaución. Nunca se deben realizar aceleraciones y frenadas bruscas. En lo posible, utilizar rebajes para frenar.