La Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) indica que el sector fabricante de autopartes enfrenta una situación productiva compleja, que estará estancada frente a una fabricación de vehículos en el orden de las 490 mil unidades, en 2018 y 2019. Con respecto a 2017 se espera un impacto negativo sobre el empleo del 5% de la dotación de personal.
En dicho contexto, cualquier aumento de la presión impositiva, y en particular los derechos de exportación, genera una reducción de ventas al exterior o un menor crecimiento con respecto al potencial.
Pero si adicionalmente se establece una estructura de alícuotas de reintegros descoordinada de las alícuotas efectivas de derechos de exportación, no sólo se pierden oportunidades de exportaciones sino que también se incentiva la reducción del valor agregado de las mismas. Tal es el caso actual de las exportaciones de vehículos, en donde los incentivos han quedado orientados a reducir el valor agregado local generado por las autopartes fabricadas en el país, indica la Asociación.
Retenciaones
Los reintegros y los derechos de exportación ("retenciones") tienen como base de cálculo el valor FOB de las exportaciones de vehículos, deduciendo las autopartes importadas de dicha base. Cuánto más alto es el contenido importado, menor será el porcentaje efectivo del derecho de exportación sobre el valor de la exportación.
Ello genera que a la hora de decidir sobre la localización (o no) de una autoparte que integra un vehículo que se exporta, se evalúe el impacto de los reintegros que "suman" solamente sobre las autopartes locales y los derechos de exportación que "restan" también sólo a las autopartes locales.
Las autopartes locales, de una situación en donde recibían una devolución parcial de impuestos del 6,5%, pasan a una penalidad del 6% frente a las autopartes importadas, dando como resultado con respecto a la situación inicial una pérdida de competitividad de 12,5 puntos porcentuales, indican desde AFAC.
Se debe destacar que esta medida contradice el objetivo de la Ley 27.263 (Desarrollo y Fortalecimiento del Autopartismo Argentino) que tenía por objeto compensar una serie de factores que limitan la integración local de autopartes.
Ello fue muy positivo oportunamente para ciertos proyectos, para los que se analizaron localizaciones con esta ley y con el esquema de reintegros y derechos de exportación anterior, con lo cual con la pérdida de competitividad de 12,5% con respecto al momento inicial se genera un proceso totalmente inverso.
Impuestos
Adicionalmente se debe destacar que los proveedores locales deben hacer frente al pago del Impuesto provincial de Ingresos Brutos, tributo que no impacta sobre las autopartes importadas, debiendo afrontar en este caso sólo una percepción (pago a cuenta) con impacto sólo financiero.
La balanza comercial autopartista (sólo autopartes, sin vehículos), continúan desde AFAC, mostró un saldo negativo en 2017 de 6710 millones de dólares. Dicha cifra es equivalente al 80% del déficit comercial total de la Argentina. Es una situación estructural que viene de muchos años atrás y que representa un gran desafío.
Es imprescindible que el esquema de derechos de exportación sea revisado y corregido. Para ello urge extender la base de cálculo también a las autopartes importadas, pero reduciendo el valor nominal del derecho de exportación, a fin de no terminar aumentando aún más la altísima presión fiscal sobre las ventas al exterior.
